El déficit comercial de México en agosto de 2024 ha despertado preocupación en los sectores económicos del país. Según el informe del INEGI, esta situación impacta directamente en el crecimiento y la competitividad nacional, especialmente en sectores clave como la manufactura y el petróleo.
Resultados de la balanza comercial de agosto 2024: México registró un déficit de 1,557 millones de dólares, lo que señala una mayor dependencia de las importaciones frente a las exportaciones. Las exportaciones totales cayeron un 4.4% respecto a agosto de 2023, lo que implica una reducción en la demanda de productos mexicanos en los mercados internacionales.
Comportamiento de las exportaciones: Las exportaciones petroleras disminuyeron en 23.2%, reflejando una caída en la producción y los precios internacionales del crudo. Por su parte, las exportaciones no petroleras (particularmente de la industria manufacturera) también se redujeron en un 3.4%, impactando negativamente en uno de los sectores más importantes del país.
Importaciones y su impacto: Las importaciones totales descendieron un 2.4%, con una baja en los bienes de capital del 6.4%, lo que es un indicador de la desaceleración económica. Este descenso en las importaciones de bienes de capital señala que las empresas están invirtiendo menos en maquinaria y equipo, reflejando una menor expectativa de crecimiento en el corto plazo.
Factores que influyen en el déficit: Existen varios factores detrás de este déficit. La caída en la demanda internacional de productos mexicanos es uno de los principales, en parte debido a una inflación global elevada que ha encarecido insumos y productos. Esto se suma a los desafíos derivados de los costos crecientes de las materias primas y otros factores externos que afectan las cadenas de suministro.
El déficit comercial registrado en agosto de 2024 es un llamado de atención sobre la necesidad de equilibrar la balanza comercial. La recuperación económica dependerá de un mejor desempeño de las exportaciones y un control de las importaciones, además de una estabilización de los mercados globales. Los próximos meses serán cruciales para definir el rumbo de la economía mexicana, y se requerirán políticas sólidas para fomentar una recuperación sostenida.